El domingo Saúl, Gael y yo quedamos (en teoría) para ir a
Norrtälje, donde vive Gael, y jugar a los bolos. Saúl y yo cogimos en
mismo bus, los benditos buses azules de dos pisos que tienen wifi, y
Gael nos iba dando cada vez peores noticias:
"Hanna dice que no abren la bolera hasta las cinco"
Y tuvimos que volver a planear todo para tener algo que hacer a las cinco.
"Mi bus aun no llega, tenéis que esperarme más una hora"
Y tuvimos que esperar a Gael en la parada, cogiendo wifi de los buses que pasaban y cantando con spotify a todo trapo.
Una hora y veinte minutos después (y después de encontrar una corona) Gael apareció.
"Hanna dice que hoy no hay bolos"
Eso fue ya un chiste, así que cogimos los tres un bus a Täby y nos
fuimos a Täby Centrum, como es costumbre ya. Después de pasar toda la
tarde allí, cada uno volvió a su casa para cenar.
Ayer, el plan fue ir al museo de Experimentos que está en
Estocolmo. Elin, su madre y yo cogimos un tren a las 9:45 y ,después de
tanto viaje en trenes y metros, llegamos al museo más tarde de las 11.
Allí nos reunimos con Saul, Amy y su familia y vimos el museo juntos. No
era como los míticos museos en los que ves cosas, en este podías jugar a
distintos juegos de ingenio, movimiento o incluso tirarte por un
tobogán que está dentro del museo. También allí vimos un espectáculo de
burbujas, en el que una mujer iba haciendo pompas de diferentes tamaños
mientras explicaba cosas en sueco.
Personalmente, lo que más me gusto (además del tobogán) fue una sala de
espectáculos en la que los asientos estaban colocados como la tabla
periódica y cada asiento era un elemento.
Después, volvimos a casa y me fui directa a cama después de cenar de lo cansada que estaba.